LA NOCHE DE "LA MARSELLESA" |
En Estrasburgo, plaza fronteriza con Alemania, acababa de hacerse pública
la declaración de guerra del ejército francés. El vecindario hervía de
patriotismo.
Dietrich, el alcalde, había ordenado que se repartiese vino y
provisiones entre los soldados que se disponían a partir. El mismo, rodeado de
oficíales en los salones de la municipalidad, brindaba una y otra vez por el
buen éxito de la campaña que iba a comenzar. De pronto reparó en que a su
lado se hallaba un joven capitán de Ingenieros, Rouget de Lisie llamado, que
gozaba alguna fama — no mucha— como poeta y compositor.
— Amigo —le dice — , ¿no os parece ésta buena ocasión para escribir
una canción de guerra capaz de inflamar a los hombres que van a partir hacia el
Rhin?
Rouget, que participa del enardecimiento general, responde al punto:
— Lo intentaré.
Y, en efecto, poco después, recluido en su cuarto de la Grande Rué, se pone a trabajar. Es medianoche. De la calle, pese a lo avanzado de la hora, siguen subiendo exaltados y roncos los gritos de la gente. ¡A las armas! ¡Libertad! ¡Abajo la tiranía!... Rouget se advierte enfebrecido. Aquellas voces, aquel clima triunfalista y épico le excita la inspiración. Piensa, siente, garrapatea nerviosa y rápidamente los dos primeros versos contrastados en el violín, están compuestos.
Rouget, que participa del enardecimiento general, responde al punto:
— Lo intentaré.
Y, en efecto, poco después, recluido en su cuarto de la Grande Rué, se pone a trabajar. Es medianoche. De la calle, pese a lo avanzado de la hora, siguen subiendo exaltados y roncos los gritos de la gente. ¡A las armas! ¡Libertad! ¡Abajo la tiranía!... Rouget se advierte enfebrecido. Aquellas voces, aquel clima triunfalista y épico le excita la inspiración. Piensa, siente, garrapatea nerviosa y rápidamente los dos primeros versos contrastados en el violín, están compuestos.
Allons, enfants de la patrie,
le jour de gloire est arrivé!
le jour de gloire est arrivé!
— ¡Cómo! —se maravilla éste—. ¿Ya. está compuesta la canción, Rouget?
En efecto, "La Marsellesa", el himno más bello y vibrante de la Historia, acababa de nacer. Un golpe de inspiración en la alta noche había hecho el prodigio.
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