LA DEFENSA DE ORIHUELA |
Teodomiro era un magnate visigodo que poseía
vastos territorios por el sudeste peninsular. Al producirse la invasión
sarracena, Abd el Aziz, hijo de Muza y segundo emir árabe de España, atacó
aquella región, obligando a replegarse a Teodomiro, cuyas huestes, maltrechas y
diezmadas, hubieron de buscar refugio en Oríhuela.
Esta ciudad murciana hallábase sólidamente amurallada, pero Teodomiro, sin
embargo, disponía de muy escasos defensores para afrontar el asedio.
En vista
de lo cual el día de la fecha recurrió a una ingeniosa estratagema: hizo
disfrazarse de hombres a todas las mujeres disponibles y las colocó
ostensiblemente a lo largo del parapeto.
Engañados por el ardid, los moros lo
pensaron dos veces antes de emprender el asalto y finalmente se avinieron a
concluir con el astuto Teodomiro un pacto de caballeros, por virtud del cual el
caudillo visigodo y los suyos conservaban sus bienes y
religión, a cambio de
no hostilizar a los invasores, pagar el tributo estipulado y reconocer la
soberanía del califa.
La capitulación afectaba por igual a Orihuela, Villena, Alicante y la zona
murciana, con lo que, de hecho, Teodomiro mantenía así de por vida la
consideración de virrey tributario sobre sus antiguos dominios, a los que los
propios musulmanes llamarían desde entonces Tudmir, o reino de
Teodomiro.
Con su habilidosa política, el
reyezuelo godo supo granjearse incluso la simpatía del poderoso califa de
Damasco, a cuya corte acudiría, con todos los honores, conducido por el propio
Muza.
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