miércoles, 18 de abril de 2012

EL LIRIO DE LOS MOKAWKS


EL   LIRIO   DE   LOS   MOKAWKS
Un reputado jefe piel roja de la tribu de los Mokawks raptó una vez, en acción de guerra, a una india algonquina que profesaba la fe cristiana.

De aquella unión nació Kateri, delicada criatura a quien su madre habría de instruir secretamente en los principios de la religión católica.

No era aún más que una niña cuando falleció su madre. Entonces, resuelta a preservar a toda costa las creencias adquiridas, la pequeña Kateri se escapó de la tribu, y después de hacer un penoso recorrido en solitario a través de cumbres y valles, consiguió llegar hasta la misión de San Francisco Javier, en Sault, donde aquel día, el 1 8 de abril de 1676, contando apenas 18 os, recibió el bautismo de manos del Padre Lamberville.

A partir de entonces Kateri se consagró por entero a la vida de piedad, edificando con su ejemplo a no pocas indias del poblado, en unión de las cuales acabaría por instituir, a su modo, una especie de beaterío regido en lo esencial por los principios evangélicos.

Por su dulzura y acendrada piedad, Kateri mereció ser llamada "el lirio de los Mokawks", y cuando cuatro años después, durante la Semana Santa, dejó de existir, como ya se había vaticinado, la fama de sus virtudes se extendía a todo el país.

Por ello, en 1 854, el Concilio Plenario de Baltimore suplicó a Roma la causa de beatificación, y el día 3 de enero de 1943 Kateri Tekakwitha fue proclamada venerable, en espera de su elevación a los altares como primera santa de estirpe india.

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