LA CAÍDA DE BERLÍN |
Aquel día, poco
antes del amanecer, un sinnúmero de cañones y morteros empezaron a vomitar
fuego sobre las fortificaciones alemanas que rodeaban Berlín. Se iniciaba así
la gran ofensiva soviética contra la capital del Tercer Reich, que habría de
concluir antes de final de mes con la caída de la ciudad y la muerte de Hitler.
Las tropas soviéticas atacaron Berlín a lo largo de los ríos Oder y
Neisse. Pese a la tenaz resistencia de los alemanes, las líneas defensivas
establecidas en ambos ríos no tardaron en derrumbarse, y el día 21 las
primeras avanzadillas del Ejército Rojo penetraban en los arrabales de la
ciudad.
El día anterior Hitler había celebrado el último cumpleaños de su vida.
Aquella fue también la última ceremonia oficial
del Tercer Reich, pues tanto Berlín
como el dictador nazi estaban ya sentenciados. El general Reimann, comandante de
la ciudad, había dado orden de defender a toda costa cada barrio, cada casa,
cada puerta y cada ventana; así lo hicieron sus soldados, muchos de los cuales
eran muchachos apenas salidos de la adolescencia, pero su sacrificio fue
inútil: tras una serie de encarnizados combates, los rusos llegaron a las
inmediaciones de la Cancillería.
Berlín ardía por los cuatro costados, destrozada por las bombas y las
granadas. El día 29, en su refugio subterráneo de la Cancillería, Hitler se
casó con Eva Braun y redactó su testamento. Al día siguiente ambos se
suicidaron, y el primero de mayo la bandera soviética ondeaba ya sobre la
Puerta de Branden-burgo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario