UNA FAENA DE ABRIGO |
— ¡Se ha escapado del matadero!
En ese instante, un joven al que acompañaba una mujer se despojó del abrigo, y sirviéndose de éste a guisa de capote, se dispuso a vérselas con el astado.
-¡Es "Fortuna", es "Fortuna"!
— dijo una voz con timbre emocionado. En efecto, era "Fortuna" (Diego Mazquiarán), diestro no más que discreto, que casualmente pasaba por allí.
En ese instante, un joven al que acompañaba una mujer se despojó del abrigo, y sirviéndose de éste a guisa de capote, se dispuso a vérselas con el astado.
-¡Es "Fortuna", es "Fortuna"!
— dijo una voz con timbre emocionado. En efecto, era "Fortuna" (Diego Mazquiarán), diestro no más que discreto, que casualmente pasaba por allí.
¡Quién le había de decir que el destino le tenía reservada la faena del año! Pero así fue. "Con arreglo a las clásicas normas — diría la Prensa del día siguiente — y después de realizar una faena de abrigo, entró a matar cruzando los brazos". Para ello, claro está, le habían traído a escape de su casa (cercana, por suerte) un estoque de verdad. No tuvo acierto en el primer intento, pero la ovación, de todos modos, fue ensordecedora. Animado por ella, "Fortuna" dio al bicho otra serie de pases y en seguida se dispuso a descabellar.
Tras marrar el primer golpe, con el segundo acertó. Cuando el animal se desplomó sobre los adoquines, la Gran Vía era una clamor. La gente, arracimada en aceras y balcones, pedía la oreja para el diestro, que saludaba con emoción desde los "medios" de la calle.
Finalmente, si no con la oreja, sería recompensado con la Cruz de Beneficencia, en mérito a los posibles daños evitados con su arrojo.
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