jueves, 9 de febrero de 2012

EL REY SILUETA


EL REY SILUETA
Luis I, único monarca español de este nombre, sería también el primer Borbón nacido en España. Hijo de felipe V y de Mª Gabriela de Saboya, a los dos año fue jurado Príncipe de Asturias, y a los 17, por renuncia de su padre, exaltado al trono. Con tal motivo, aquel 9 de febrero se celebraron grandes fiestas en Madrid. Lleno de generosas esperanzas, el pueblo saludó al nuevo rey con el sobrenombre de Bien Amado.

No así, en cambio, al flamante Gabinete de siete miembros que se constituyó para ayudar al monarca en las tareas de gobierno; a los pocos días andaba en lenguas esta coplilla:

Le pusieron Junta de "gabineteros"; siete son las culpas y siete son ellos.
A decir verdad, las cosas no empezaban demasiado bien para el nuevo monarca. Desde su aparente retiro en el Palacio de San Ildefonso, el rey dimisionario, a través de su antiguo ministro Gri-maldi, seguía manejando los hilos del Estado.

— El rey Felipe —decía Grimaldi, jactancioso— no ha muerto, ni yo tampoco.

Por lo demás, tampoco Luis era dichoso. Su esposa, Luisa Isabel de Orleans, distaba de ser un modelo de costumbres, y el joven rey, para aturdir las pesadumbres que aquella conducta le causaba, entregábase a diversiones tan impropias de su edad y condición como la de robar melones, a altas horas de la noche, en los huertos reales del Retiro.

Este y otros extravíos similares obligaron a Felipe a tomar cartas en el asunto. Pero la reprensión llegaba tarde; al poco tiempo contrajo unas viruelas malignas que le llevaron rápidamente al sepulcro.

Había reinado apenas seis meses, y un historiador, no sin acierto, le adjudicó a título postumo el calificativo de "rey silueta".

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