YO ACUSO, UN ARTÍCULO MEMORABLE |
Lejos de ello, cuando se supo que Dreyfus era el único oficial judío adscrito al Estado Mayor, las fuerzas políticas de la oposición no dudaron en exteriorizar su clamor, tachando a los tribunales de racistas. En estas condiciones y con la opinión pública cada vez más encrespada, el día 1 3 de enero de 1 898 el periódico parisiense L 'Aurore publicaba un explosivo artículo, firmado por el novelista Emilio Zo-la, bajo este vehemente título: "¡Yo acuso!" Zola, en efecto, acusaba sin ambages al verdadero autor de la conjura, Esterhazy, al que el tribunal había absuelto. Condenado por desacato a un año de cárcel y 3.000 francos de multa, el escritor pudo eludir la sanción trasladándose a Inglaterra, pero el eco de sus acusaciones ahondó aún más la división de opinión pública francesa en dos bandos: revisionistas y antirrevisionistas.
Así las cosas, el ruidoso suicidio del teniente coronel Henry, después de haber confesado su culpabilidad en la falsificación de las pruebas acusatorias, colmó el escándalo. En el Ejército se sucedieron las dimisiones en cadena, alcanzando, incluso, al ministro de la Guerra. "La verdad en marcha", anunciada vibrantemente por Zola en su artículo, se abría camino.
Sólo faltaba que los partidos radicales alcanzasen el poder para que el Tribunal Supremo ordenase la reapertura del proceso. Así se hizo, y en 1909, aclarado el embrollo, el capitán Dreyfus fue rehabilitado y absuelto de toda culpa.
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